En esta nueva entrega de la saga cinematográfica no encontramos con algunos vacíos, pero al mismo tiempo con momentos de acción que hacen disfrutar de la aventura fílmica de DreamWorks.
Volver a ver a Shrek y a su familia y amigos en 3D es volver a ver a ese monstruo verde con su amigo “Burro” igual de divertido y ocurrente, que no ha perdido su característico humor que arranca muchas carcajadas.
Asi mismo su amigo “Gato con Botas”, es tierno pero ahora se le ve perezoso y con una gran panza que parece explotarle.
Fiona sorprende al público porque ahora presenta una nueva faceta que la hace muy diferente y es ella quien toma las decisiones principales de la historia.
El nuevo personaje lo representa el villano de la historia el mago “Rumpelstitskin, quien se aprovecha de un momento de debilidad de Shrek y lo hace caer en un terrible engaño.
Aunque la trama adolece por momentos de argumentos que contar es ese villano quien hace diferente el relato con simulaciones de diversos acontecimientos que en algunas escenas con las brujas hace evocar a “Harry Potter”.
El público descubrirá a Shrek y a Fiona reunidos en familia con sus tres hijos viviendo en una ciénaga y rodeados de sus mejores amigos.
Todo comienza con la fiesta de celebración del primer año de “Fergus, “Fergo” y “Felicia”, los tres herederos procreados con su amada Fionna, en donde sale a relucir el recio carácter del monstruo verde.
La rutina un día provoca en Shrek que extrañe su pasado, sin responsabilidades familiares, ni hijos y luego de discutir con Fionna, abandona la fiesta tratando de reencontrarse consigo mismo, pero en el camino el mago le tiende una trampa. El malévolo personaje le sugiere que si quiere volver a su vida pasada, él le puede conceder el deseo y para ello debe firmar un contrato en el que el pago solo debe ceder cualquier día de su existencia.
Shrek acepta y estampa su firma y a partir de ese instante sera una pesadilla, para reestablecer su mundo y recuperar a su verdadero amor.
La historia parece demasiado simple pero encierra un valioso mensaje sobre el valor de la cotidianidad y sobre el secreto de la felicidad.
Textos: Emilce Moncada
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