Desayunar con regularidad, un hábito saludable en la infancia y para el resto de la vida


El desayuno nos proporciona la energía y los nutrientes necesarios para empezar el día de manera adecuada. Desayunar con regularidad se relaciona con un mejor consumo de nutrientes y puede contribuir a mantener un peso corporal saludable.

Es especialmente importante en el caso de niños y adolescentes ya que el desayuno facilita el aprendizaje y mejora el rendimiento escolar, en particular en niños con un estado nutricional deficiente. El desayuno es la comida que más nos “saltamos” y es importante que la población europea conozca los beneficios que aporta.


Romper el ayuno

La mayoría de los niños y jóvenes pasan rápidamente de estar dormidos, estado en el que el cuerpo ha ayunado durante varias horas, a un estado de gran actividad.

Esto hace que aumente la demanda de glucosa de los músculos y el cerebro, por lo que necesitamos “combustible”. El desayuno termina con el ayuno nocturno y aporta energía para estimular la actividad del cuerpo y de la mente. Sin embargo, del 10 al 30% de los niños europeos no desayunan, siendo los adolescentes y en especial las chicas quienes más omiten esta comida.

Una comida nutritiva


En comparación con quienes no desayunan, los niños que sí lo hacen tienen mayor probabilidad de cumplir con las recomendaciones nutricionales y consumen más vitaminas, minerales y fibra. Basta con echar un vistazo a la composición habitual del desayuno de los niños para comprobar por qué, ya que los productos lácteos, cereales, pan, zumo, fruta y huevos son los elementos más populares. Además del aspecto nutricional, quienes desayunan muestran hábitos más saludables, incluyendo un mayor consumo de fruta y verdura, y más actividad física.

Quienes desayunan están más delgados


En la actualidad hay pruebas claras que demuestran que los niños que desayunan tienden a estar más delgados. Recientemente, la revisión sistemática de dieciséis estudios en más de 59.000 niños y adolescentes europeos sobre el efecto de la omisión del desayuno en el control del peso halló que su consumo estaba asociado con un menor Índice de Masa Corporal (medida del peso en relación con la altura) y aparentemente protegía del sobrepeso y la obesidad. Otros estudios revelan hallazgos similares. Sin embargo, como en el caso de todos los estudios observacionales, no se puede deducir una relación de causa y efecto.

Rendimiento


Los estudios iniciales realizados en laboratorio confirman los efectos positivos del desayuno en los indicadores de rendimiento, incluyendo la recuperación de la memoria, la capacidad de concentración y la creatividad. Una reciente revisión sistemática ha analizado 45 estudios en laboratorios y colegios para determinar si el desayuno tiene efectivamente un impacto en el rendimiento escolar. Las pruebas sugieren que para los niños en edad escolar es más beneficioso desayunar que no hacerlo. Aparentemente, es más importante que los niños coman algo que el tamaño o tipo de desayuno que consuman.

Clubes de desayuno


En el Reino Unido, a finales de los años 90, tras comprobarse los beneficios del desayuno se crearon iniciativas como los clubes de desayuno en los colegios. Aparte de sus beneficios nutricionales, dichos clubes facilitan la interacción social de los niños, permiten comenzar el día de manera más relajada y se ha comprobado que mejoran la puntualidad, el comportamiento y la asistencia; efectos que tienen un probable beneficio en el aprendizaje infantil. Sin embargo, aunque en la mayoría de los estudios realizados en clubes de desayuno se ha observado una mejora de la motivación y concentración de los niños en las clases matinales, los beneficios son más claros en aquellos niños que inicialmente presentaban un estado nutricional por debajo del nivel óptimo.

Dar ejemplo


El desayuno mejora el consumo general de nutrientes y está asociado con el rendimiento y el control del peso, siempre que se respeten las necesidades calóricas individuales. Es más probable que los niños y adolescentes desayunen en aquellas familias en las que los adultos también lo hacen. Por eso, hay que animar a los padres a predicar con el ejemplo.





Fuente: Salud y Bienestar

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